Amigos, Rubén Parera vuelve a sorprendernos. Con el Sassó 2012 nos quiere
mostrar el giro que está dando Finca Parera en la elaboración de vinos
naturales, cosa que ya podemos ver en los vinos sin crianza de la añada
2013 (Fosc, Roig y Clar). Vinos con la menor intervención posible. Este cambio
reúne tres requisitos, creo yo que importantes: viticultura ecológica,
tratamiento biodinámico de la viña y la que el proceso de viticultura y
enología recaiga en la misma persona.
El cambio no es únicamente de concepto de elaboración, sino que también
marca un antes y un después en la bodega, incorporando este vino a la D.O.Penedès y
dejando ya en el pasado una marca que llevaba de rémora (Celler Minguet).
Si nos centramos en la botella, vemos la evidente evolución nada más mirar
la etiqueta, un mensaje corto y directo: Sassó “Vi radicalment ecològic”.
También desaparece la capsula para pasar a una cobertura lacrada de
color amarillo (interesante y elegante). Nos centramos en el interior, vamos al
vino. A partir de esta añada desaparece la Chardonnay, siendo un vino 100% Xarel·lo
de la viña más joven, curiosamente, la viña más vieja sirve para elaborar el
vino sin crianza (Clar 2013). Abrimos la botella y servimos el vino en la copa,
vemos un color amarillo algo turbio (finas lías en suspensión), se debe a la mínima
clarificación y no filtración. Los aromas iniciales nos recuerdan
al incienso, desvela su paso por barrica de acacia (otra peculiaridad), cáscara
de frutos secos, levaduras y notas ligeramente ahumadas. Los aromas primarios
también son lo bastante claros, ciruelas amarillas y aguamiel (curioso), algo
herbáceo, hierbas comestibles (hinojo) y otras plantas aromáticas (balsámico).
También notamos el calor del verano (más en la boca), despuntan interesantes notas
algo cítricas (mandarina). Ya en boca, el ataque es algo amable, untuoso y
cremoso (glicérico), entra suavemente hasta inundar la boca de agradables
sensaciones, con nuevos registros para muchos catadores que empiezan
(empezamos) a ahondar en los vinos naturales. Tiene una parte de frutal
importante, volvemos con las ciruelas amarillas, que con el tiempo saldrá esa parte
más cítrica (mandarina) con un elegante toque amargo al final (la parte blanca
del cítrico), algunas almendras crudas y final algo salino y mineral. La permanencia
en boca es notable, largo, con un retronasal que nos descubre más sobre esta
inquietante novedad, cosa que me lleva a pensar (aconsejar) que vigilemos con
la temperatura, demasiado frio nos “duerme” el carácter del vino. También creo
que una decantación no le iría nada mal, y la temperatura de servicio entre los
12/14ºC.
¿Una valoración final?, un vino atrevido, fiel a un concepto, encontraremos
en la botella elementos que nos llevaran a una variedad, una zona, un suelo
(terroir) un entorno, un elaborador y su concepto, un vino lo más fiel a sus
principios. Esperaremos la evolución de las próximas añadas.
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